PREGUNTAS FRECUENTES

  1. Enlista los problemas oculares que estés manifestando: como visión borrosa, ojos rojos, secreciones, dolor ocular, dolor de cabeza, molestias a la luz, etc.
  2. Enumera las enfermedades que has padecido: si tuviste una enfermedad recientemente, es importante mencionarla al optometrista y, en caso de que padezcas alguna enfermedad crónica como diabetes e hipertensión, intenta recordar desde hace cuánto tiempo la padeces, ya que esta información es importante para darte la mejor solución a tu problema visual.
  3. Enumera las enfermedades que tus familiares más cercanos hayan padecido: específicamente de tus padres, abuelos e hijos. Con esta información podremos evaluar si tú también estás en riesgo de padecer las mismas enfermedades.
  4. Haz una lista de las medicinas que tomas: saber si tomas algún medicamento, tanto ocular como sistémico, nos permite evaluar si esto tiene relación con tus problemas visuales. En ningún momento debes suspender tu tratamiento, únicamente menciónaselo al optometrista que te atenderá.
  5. Haz memoria de hace cuanto fue tu último examen visual: si ya te has hecho un examen anteriormente, menciónale a tu optometrista una fecha aproximada de cuando fue el último examen. Si no lo recuerdas o fue hace mucho tiempo, no te preocupes.
  6. Lleva tus anteojos actuales: si ya usas anteojos, no olvides llevarlos a esta nueva consulta. En cada una de nuestras sucursales tenemos el equipo específico para determinar la graduación que tienen tus anteojos, y esto representa una excelente referencia para tu examen de la vista.
  7. Si eres usuario de lentes de contacto lo recomendado es dejar descansar tus ojos al menos por un día antes del examen. De lo contrario, los resultados pueden verse afectados y no ser precisos.

Es importante aclarar que la graduación de tu anteojo y la de tus lentes de contacto no es la misma.

Tienes que acudir con un contactólogo altamente capacitado permitirá que tengas la mejor experiencia al usar tus lentes de contacto, esto se debe a que para la selección del lente ideal se deben de realizar pruebas como:
Cálculo de graduación en anteojo y su correspondencia con lente de contacto:

  • No usamos la misma graduación en el anteojo que en un lente de contacto, por lo que es necesario realizar una serie de cálculos algebraicos para determinar la potencia del lente de contacto a prescribir.
  • Biomicroscopia:
    Con esta prueba el contactólogo podrá determinar si el globo ocular y los anexos oculares se encuentran en óptimas condiciones para poder prescribir un lente de contacto. Es una prueba que debes hacerte rutinariamente para poder prevenir, diagnosticar e inclusive tratar cualquier infección derivada del uso del lente de contacto.
  • Prueba de calidad lagrimal:
    Con esta prueba, el contactólogo determina si eres candidato para usar lentes de contacto, ya sea blandos o rígidos, además de seleccionar la marca del lente de contacto y el sistema de mantenimiento más adecuado para tus características anatómicas y fisiológicas.
  • Queratometría y cálculo de curva base:
    Al igual que usamos una talla determinada de camisas, zapatos o pantalones, nuestros ojos también tienen una talla, esta es específicamente la curvatura de la córnea, en la cual descansará el lente de contacto, por lo que conocer su tamaño exacto permitirá que el contactólogo seleccione la “talla” (curva base) adecuada del lente de contacto y con esto asegure tu mayor comodidad.

Enseñanza de uso y mantenimiento:
Ser un buen usuario de lentes de contacto implica saber usarlos y saber mantenerlos en óptimas condiciones, por lo que acudir con un profesional en esta área se vuelve imprescindible. El contactólogo debe explicar al usuario las características del lente, así como también le debe enseñar a colocarlos y retirarlos sin hacerse daño a sí mismo o al lente. Adicionalmente le enseñará una rutina de mantenimiento utilizando soluciones seleccionadas específicamente para cada usuario, lo que ayudará a prevenir la aparición de cualquier infección.

Eso no es cierto (al menos en Ópticas Jiménez). Atendemos a nuestros clientes con el más alto nivel de ética comercial, por lo que, si tu examen revela que no necesitas lentes, así te lo haremos saber.

Hacerte un examen de la vista implica mucho más que adaptar lentes, ya que también incluye el monitoreo de todos los componentes periocular.

No. Existen muchas causas por las cuales puedes desarrollar miopía, como por ejemplo tu carga genética. Pero mirar muy de cerca la televisión no es una causa, al contrario, es un síntoma de que la miopía ya se ha desarrollado.

Si bien es cierto que la zanahoria, y más específicamente el betacaroteno (nutriente abundante en la zanahoria), es bueno para la vista, no es el único nutriente que necesitas para tener una buena visión. Te recomendamos una dieta equilibrada que incluya todos los macro y micronutrientes para ayudar a mantener tu cuerpo y vista lo más saludables posibles.

Es uno de los mitos más comunes. En realidad, los anteojos son un método de corrección que produce una mejor visión, sin embargo, éstos no pueden cambiar o afectar la forma de tu ojo (que es lo que determina los errores de refracción), por lo que ni te causarán dependencia ni harán tu vista más débil. Recuerda que los anteojos no son sinónimo de discapacidad, sino un producto que corrige una deficiencia visual.

Es uno de los mitos más comunes. En realidad, los anteojos son un método de corrección que produce una mejor visión, sin embargo, éstos no pueden cambiar o afectar la forma de tu ojo (que es lo que determina los errores de refracción), por lo que ni te causarán dependencia ni harán tu vista más débil. Recuerda que los anteojos no son sinónimo de discapacidad, sino un producto que corrige una deficiencia visual.

Esto también es falso. La cirugía refractiva corrige errores refractivos como la miopía, hipermetropía o astigmatismo a través de algunos cortes en la córnea, es decir, la sección externa de tus ojos. Pero la presbicia, comúnmente llamada vista cansada, se presenta después de los 40 años a causa de la pérdida de elasticidad del cristalino, una lente ubicada adentro del ojo, por lo que, si te realizaste la cirugía refractiva, eventualmente necesitarás anteojos para corregir este siguiente error refractivo. Además, los ojos son órganos muy delicados y el éxito de tu cirugía dependerá de tu cicatrización; hay pacientes que terminan necesitando anteojos después de uno o dos años de operarse.

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